Diabetes mellitus es un término colectivo que engloba diversas enfermedades metabólicas. La característica común de todas las formas de diabetes son unos niveles de azúcar en sangre persistentemente elevados.
*La información de esta página no se puede utilizar para autodiagnóstico ni automedicación. Contacta con un especialista.
La forma más común es la diabetes de tipo 2, popularmente llamada «enfermedad del azúcar». La diabetes de tipo 2 suele aparecer en la vejez. La enfermedad puede desencadenarse por el estilo de vida y la predisposición hereditaria. La situación de la diabetes de tipo 1 es diferente. Sigue siendo una enfermedad autoinmune incurable que suele aparecer en la infancia y la adolescencia.
La diabetes mellitus es una enfermedad mucho más compleja de lo que puede suponerse dividiéndola en diabetes de tipo 1 y de tipo 2. En este sentido, los expertos proponen una nueva clasificación: la división en 5 subtipos de diabetes. Se abrevian como SAID, SIDD, SIRD, MOD y MARD. Para poder asignar a un paciente a uno de los subtipos de diabetes, se registran y analizan determinados parámetros. La división en subtipos permite evaluar la evolución leve o grave de la enfermedad con un riesgo individualizado de desarrollar determinadas enfermedades secundarias. También se puede seleccionar el tratamiento óptimo en función del subtipo.
Los factores de riesgo para desarrollar diabetes de tipo 2 son el sobrepeso, una dieta poco saludable y la falta de actividad física. Sin embargo, la predisposición hereditaria también desempeña un papel en el desarrollo de la enfermedad. Las personas que padecen el llamado síndrome metabólico también tienen un alto riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2. En el síndrome metabólico aparecen al mismo tiempo varios síntomas o cuadros clínicos: obesidad (sobre todo en la zona abdominal), niveles elevados de azúcar y lípidos en sangre e hipertensión arterial.
Al inicio de la diabetes de tipo 2, una reducción del peso corporal puede ser ya suficiente para estabilizar los niveles de azúcar en sangre. Para ello son cruciales los cambios en la dieta y el aumento de la actividad física. Si esta terapia básica fracasa, puede ser necesario administrar medicamentos para reducir la glucemia o inyecciones de insulina.
La diabetes de tipo 2 suele desarrollarse gradualmente a lo largo de varios años. Debido a la ausencia o inespecificidad de los síntomas de la «enfermedad del azúcar», el diagnóstico suele hacerse sólo por casualidad. Sin embargo, si los niveles de azúcar en sangre son muy elevados, los pacientes con diabetes de tipo 2 pueden experimentar síntomas típicos de la enfermedad.
Es importante empezar a tratar la diabetes lo antes posible. Según el tipo de diabetes, los cambios en el estilo de vida pueden bastar para reducir los niveles de azúcar en sangre. Sin embargo, a menudo también es necesario tomar medicamentos o inyectarse insulina.
Los niveles de azúcar en sangre persistentemente elevados pueden causar daños en los vasos sanguíneos, los nervios y los órganos internos. Sin embargo, hay muchas formas de mejorar la propia salud y evitar las llamadas complicaciones retardadas.
El endocrinólogo examina los resultados del diagnóstico y prescribe el tratamiento adecuado. Los principales objetivos son reducir los niveles de glucosa en sangre, prevenir el desarrollo de complicaciones y eliminar los síntomas desagradables. Además del tratamiento farmacológico, el endocrinólogo prescribe necesariamente al paciente una dieta especial que le permita controlar el contenido de azúcar en sangre. El cumplimiento de todas las recomendaciones del médico permite mejorar significativamente la calidad de vida y evitar las consecuencias negativas de la diabetes mellitus.
Se utilizan dos tipos de terapia farmacológica para corregir la patología:
El especialista selecciona un esquema terapéutico individual y ajusta la dosis de los fármacos y las prescripciones durante el tratamiento. Las consultas repetidas permiten resolver los problemas relacionados con las complicaciones de la enfermedad y los efectos secundarios de los medicamentos. Además, el especialista se asegura de mostrar cómo debe administrarse la medicación y explica todas las normas del tratamiento.
Evitar el estrés es un método eficaz para prevenir la diabetes y muchas otras enfermedades. Limite los contactos con personas que le resulten desagradables, controle su estado emocional, evite el nerviosismo y la depresión. Estas tensiones pueden agravar el curso de cualquier enfermedad existente, además, pueden provocar el desarrollo de otras enfermedades, incluyendo la diabetes.
Manténgase sano, y si sospecha que tiene diabetes o ya se la han diagnosticado, venga a ver a nuestros endocrinos para una consulta.